¡Gracias por quererlo compartir!
El Proyecto de Centro de Día
trabaja varios días en semana con menores en riesgo de exclusión social,
realizando apoyo escolar y reforzando el ámbito social a través del juego y las
relaciones sociales. La rutina está clara, una hora de deberes y estudio y
posteriormente una hora de juegos en el patio de un colegio cercano en la que
participan tanto niños/as como monitores/as. El proyecto está organizado en
tres grupos según las edades de los chicos y chicas; pequeños (6-8), medianos
(9-12) y mayores (12-16).
Llegué al Centro de Día como
Educadora (de 2º curso) en prácticas, bastante indecisa, por cierto, porque
nunca me había atraído el colectivo de menores. Fueron suficientes tres meses,
para cambiar radicalmente mi opinión respecto a ello y decidir que quiero
encaminar mi carrera profesional a este colectivo. Ese primer año como
educadora fue una completa experiencia, tanto personal como profesional y puedo
decir que aprendí tanto o más de ellos que ellos de mí.
Los/as menores no acuden al
Centro de Día como si de una academia se tratase, sino que acuden con intención
de hacer sus deberes con un apoyo que en la mayoría de las ocasiones no pueden
obtener por otros medios, y de pasar un rato de ocio en compañía de otros
niños/as y monitores/as de los que aprenden valores como la humildad, el
respeto o el compañerismo. Como niños que son, son inquietos, divertidos e
inocentes atreviéndose a exagerar su edad, hacer trampas delante del monitor/a,
o a sugerir que es el monitor/a el que está equivocado en la resolución de una
simple suma. En general, día a día, aportan nuevas experiencias y anécdotas que
sería muy difícil resumir y que hacen que los monitores/as acudamos al centro
de día con una sonrisa pintada en la cara.
Al hablar de la experiencia en este proyecto, no me puedo olvidar del resto de monitores y monitoras voluntarias. Un gran punto a favor de este proyecto considero que es la buena relación entre el equipo de monitores/as y la buena comunicación entre los mismos. Las reuniones de equipo se programan de forma mensual y sirven para valorar la situación de los menores, su evolución, posibles problemas, excursiones, etc.