Tras la comida, un rato de reposo, talleres varios, pulseras de hilos, de gomas, algo de baloncesto y de fútbol a la sombra y cuando el sol abandona su cumbre y empieza a relajarse, nos bajamos a la piscina.
Juegos en el agua, chapuzones y diferentes grupos de chicas y chicos charlando tranquilos.
Llega la merienda salami o pavo, según lo que cada uno pueda comer.
Y estrenamos el kiosco, arriba, al lado del comedor, es el momento de tomar alguna chuche o un helado.
Por la noche, ¡nos volvemos locos! Gymkhana nocturna, buscamos a l@s monis escondidos por el patio y a realizar pruebas, además también estrenamos nuestro buzón para que los peques intercambien mensajes entre ellos.
Y antes de la cama...
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